Álex Aguinaga volvió a estar frente al equipo en el que se formó. Lo hizo antes, cuando regresó al país para jugar en Liga de Quito, donde se retiró como futbolista. Esta vez, con Barcelona, la suerte le fue esquiva y experimentó su primera derrota desde que está en el banquillo del club guayaquileño.
Sus jugadores se repusieron al gol tempranero que recibieron y tomaron el control del partido, pero los delanteros no estuvieron acertados, en especial Borghello, que, al parecer, si sintió la presión de actuar ante su ex equipo.
El argentino desperdició la situación más clara de igualar, cuando Cruz se proyectó por su banda, levantó un centro y Borghello solo frente al arco, remató desviado.
Además, el Ídolo del Astillero tuvo problemas en la generación. El argentino Rodrigo Marangoni nunca se metió en el partido. No logró ser el conductor. Tampoco pudo conectarse con los delanteros.
Otro problema que tuvo Aguinaga es que en su deseo de igualar, Cruz se proyectó constantemente, pero no le hacían el relevo, por lo que en algunas ocasiones los delanteros chullas ingresaron con comodidad por esa banda.
Aguinaga recién trató de corregir este error en la complementaria. Hizo ingresar a Giovanni Nazareno para que se alterne con Cristian Cruz, tanto en la marca como en la salida. Pero, Nazareno entró errático en la habilitación. Además, estuvo muy apagado.
Al técnico Álex Aguinaga no le funcionaron los cambios. Mike Rodríguez que sustituyó a Brayan de la Torre, tuvo muy poco contacto con la pelota. Después intentó potenciar la ofensiva con el delantero Rodrigo Teixeira.
Pero el brasileño fue neutralizado por el zaguero Luis Checa. Además, pasó más en el piso tratando de sorprender al árbitro José Carpio. Ante esta situación, él técnico se esforzaba por alentarlo para que siga en busca del gol. Pero el delantero, en su desesperación por convertir, cayó en reincidir en el juego individual, perdiendo claras ocasiones por no habilitar a sus compañeros
Deportivo Quito sintió la falta de un generador de juego en el mediocampo. Santiago Morales y Oswaldo Minda trataban de recargar el trabajo ofensivo por el lado izquierdo.
El joven delantero Marlon de Jesús no puede aún manejar la presión que tiene de ser una de las cartas de gol del equipo quiteño. En su desesperación de anotar cae fácilmente en el juego individual. Desperdició dos claras ocasiones de gol.
En la primera ganó las espaldas a Iván Hurtado, pero a su remate le faltó potencia y colocación. En la segunda cabeceó con los ojos cerrados, cuando estaba solo en el área chica.
Barcelona tocó el balón en mediocampo en busca del momento para lanzarse sobre la zona rival, mientras que Deportivo Quito no tuvo profundidad ni sorpresa.
En ofensiva fue el gol y nada más. Santiago Morales sacó un tremendo remate de derecha para superar totalmente al golero Máximo Banguera. Fue la única manera de vulnerar la resistencia del arquero torero.
Los quiteños se llevaron un tremendo susto casi al final del partido. El lateral derecho Miguel Ibarra estrelló el remate de tiro libre en el horizontal del arco sur del estadio.
Al final, la suerte le fue esquiva a los toreros que pierden su primer partido en la era de Aguinaga como técnico.
Fuente: Expreso
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