
sábado, 30 de abril de 2011
¡Muñoz, el “ídolo” que nunca murió!
Las lágrimas de Carlos Luis Morales, Freddy Bravo, Claudio Alcívar, Galo Vázquez, José Gavica y demás compañeros son imborrables.
Ninguno creía que el mejor jugador, el que más sudaba la camiseta en 1993, el joven de las bromas y la corrida explosiva, el que se metió en el corazón de la hinchada, estaba en una caja fría que ingresaba en sus hombros a una bóveda por la puerta número 1 del Cementerio General de Guayaquil. Afuera, miles de personas asistían a un sepelio que hasta ese instante era comparado como el del cantante Julio Jaramillo.
Pasaron 18 años y el “ídolo” del Barcelona no se fue, sigue presente, como si estuviera con nosotros. Los que lo vieron jugar lo recuerdan y los que no tuvieron esa dicha, también saben de lo que era capaz con la pelota en el área contraria gracias a los vídeos.
Es uno de los jugadores que no estará en el cumpleaños del Ídolo número 86. Solo celebró el aniversario 68. Y a pesar de que falleció, los fanáticos aún lo recuerdan.
Carlos Muñoz hizo historia y su presencia será para toda la vida, no solo porque una general del estadio Monumental lleva su nombre, sino que su legado fue transmitido a la hinchada por varias generaciones.
Fue un 26 de diciembre de 1993 cuando la vida le hizo el cambio que nadie esperaba, con la camiseta número 7 salía del Barcelona S.C. y pasaba al “Cielo Fútbol Club”, pero su nombre quedaba para siempre en la mente de los barcelonistas.
Pasaron 18 años y un grupo de hinchas le hicieron un homenaje silencioso a pocos minutos de llegar a Playas, justo donde se pitó su partido final.
En la curva de la muerte todavía está la cruz original con una pelota de cemento sobre ella. A un costado hay otra cruz con una gigantografía que revela lo que significaba Carlos Muñoz Martínez para los fanáticos.
Para el barcelonista es una obligación sentimental ir a Playas y parar en el sitio.
“Anew”, “Wimoga”, “Totto”, “Machine”, “CyI” son los sobrenombres escritos por dentro de la cruz, como una forma de decirle que lo extrañan. Además, dos leyendas resaltan a la vista: “Barcetotto, este presente es de los que quieren más al “ídolo”. Esto no es pagado, es sentimiento. Por ti ‘Frentón’, un año más sin ti” y “En la vida y en la muerte, por siempre”.
La cruz gigante está revestida con una camiseta “canaria”.
No hay duda de que cuando un jugador se mete en el corazón del equipo pasa a la historia y jamás se lo olvida. A pesar de que ya no está con nosotros, aún se habla de él y eso solo pasa cuando el futbolista se entrega en cuerpo y alma al equipo, algo que hasta ahora no hay herencia.
Fuente: Extra
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