domingo, 3 de abril de 2011

¡Órale, Álex debutó con un triunfo!


Los primeros tres puntos de su vida como entrenador los ganó ayer, en una fiesta organizada para él, en el estadio General Rumiñahui. No obstante, Álex Aguinaga mostró pocas emociones. Apenas sonrió. Ni siquiera en los tres goles que marcó Barcelona, su equipo, el debutante fue muy expresivo. Evitaba, sin conseguirlo, ser el centro de la atención. 

‘Importado’ desde México, el Güero se presentó con un elegante traje beige en su victoriosa ceremonia de graduación como director técnico. 

Conmocionó a Sangolquí, que esperó con ansias su arribo. A las 12:21 Aguinaga fue el primero en bajar del autobús Transportour, que dejó a la delegación canaria en la calle Carlos Larco, donde está el ingreso al escenario. Unos 20 policías custodiaron al plantel, pero para los hinchas la atracción era Aguinaga. Los uniformados contuvieron a más de cien personas que intentaron saludarlo cuando bajaba del vehículo.

Cinco minutos antes del inicio del juego, y mientras los toreros saltaban al gramado, todas las cámaras seguían al Güero. Los aplausos, gritos de aliento y muestras de cariño de la tribuna los acaparó el imbabureño. Pero él apenas se inmutó. Se mostró tranquilo y relajado, al menos externamente.

Lo primero que hizo Aguinaga antes de encaminarse a la zona técnica, abriéndose paso entre camarógrafos, fotógrafos y la gente que intentaba darle la mano, fue ir a saludar a su colega del Independiente, Julio Asad. Fue un abrazo fraterno, el primero que le dio a un DT rival en el inicio de su carrera.

Luego, tal y como lo había anunciado a este diario, Wellington Sánchez, volante del cuadro de Sangolquí, abrazó al Güero, su excompañero en la Tricolor en el Mundial 2002.

El árbitro Roddy Zambrano pitó para decretar el comienzo del juego, pero el silbatazo también fue la señal de arranque para la nueva carrera del Güero. Brazos cruzados, manos en los bolsillos, caminaba hasta que se bautizó dando sus primeras instrucciones agitandos los brazos. Todo era nuevo, todo representaba ‘una primera vez’.

Su serenidad implicó no desesperarse cuando Barcelona sufrió los goles de Narciso Mina (18 segundos) y Daniel Samaniego (68m). Aplaudió cuando anotó Rodrigo Marangoni (12m); chocó las manos con Hólger Matamoros, autor del segundo tanto (22m), y tras el gol triunfador de Brayan de la Torre (84m) cerró sus puños.

Cuando sancionaron un penalti contra Sánchez, que para los amarillos no existió, el Güero, con gesto educado, le indicó con la mano derecha al árbitro que se había equivocado.

Fue triunfo torero 3-2 ante Independiente. Roberto Basagástegui, el preparador físico, lo abrazó. Aguinaga se limitó a aplaudir a sus dirigidos. 

El imbabureño demostró que sus primeras charlas técnicas surtieron efecto porque los canarios mostraron mayor entrega y mejor actitud respecto a la era de Rubén Insúa. 

Al final una lluvia de micrófonos buscó sus primeras declaraciones, mientras Aguinaga escuchaba los gritos que venían desde la tribuna: “¡Maestro... eres el ídolo del ídolo!”.

Textuales: ‘El Güero’
Álex Aguinaga
DT DE BARCELONA
“Me voy contento por la actitud de los chicos. Este triunfo no es de jóvenes ni viejos ni extranjeros, sino del equipo. Estoy feliz”.

Fuente: El Universo

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